Publicado en Facebook en el Muro de Academia Gil Sil por la administradora Natalia Ma. Alemán Siles.
Todos hemos escuchado alguna vez que el aprender a tocar un instrumento musical o involucrarse en cualquier actividad artística nos traerá muchos beneficios. El asunto es, ¿cuáles, exactamente?
De acuerdo a numerosos estudios realizados a lo largo de muchos años, la mayoría de los estudiosos sobre el tema concuerdan con los siguientes...
1. Te volverás más inteligente
Se han realizado estudios tanto físicos como de resultados académicos. En uno realizado a personas que no tocaban un instrumento musical contra otras que sí lo hacían, estas últimas tenían un cerebelo 5% más grande que los demás. En cuanto a resultados académicos, no dejan lugar a duda que quienes aprendieron o están en proceso de aprender un instrumento musical no solo tienen mejores calificaciones, sino que tienen mayor capacidad de concentración y atención.
2. Disciplina
Así como se requiere disciplina para sacar adelante una carrera estudiantil o convertirse en un excelente deportista, el aprender a tocar un instrumento es un reto que requiere de práctica constante y paciencia. Los alumnos que cuentan con la motivación suficiente para hacerlo se volverán disciplinados no solo en el aprendizaje de su instrumento, sino que se esparcirá sobre muchas de sus actividades diarias.
3. Es una excelente forma de hacer amigos
Todo mundo quiere a la persona que lleva una guitarra a una fiesta y hace que todo mundo pase un buen rato cantando. Es difícil encontrar a quien no le guste la música por completo, y definitivamente el ser alguien a quien le guste mucho atraerá a otros iguales a él mismo. Cuando un adolescente empieza a aprender a tocar un instrumento, será casi de inmediato que se dé cuenta que otros amigos están aprendiendo otros diferentes al suyo y terminarán formando un grupo musical. Los beneficios derivados de juntarse a ensayos son interminables.
4. Elimina el estrés
Muchos doctores recomiendan las clases ya sea de canto o bien de instrumentos musicales o de alguna otra actividad artística como la actuación o la pintura como medio de relajación. La música es un tranquilizante natural, quien escucha la que le gusta cuando se encuentra bajo estrés obtendrá nuevos ánimos para salir delante de los problemas. ¿Qué mejor forma de obtener esta música si uno mismo la puede reproducir?
5. Es una forma de expresión
A cualquier edad tenemos muchas cosas que decir. Para los niños y los adolescentes, el tocar un instrumento musical es una forma muy sana y divertida de hacerlo. Como se mencionó en un punto anterior, el juntarse con amigos para ensayar con su grupo para cumplir determinada meta (alguna presentación en vivo, por ejemplo) hará que la persona se identifique consigo mismo y le haga ver a sus seres queridos lo que le gusta y lo que busca.
6. Eleva la autoestima
Por lo mismo que cada segmento de teoría o técnica que se tenga que aprender en el instrumento requiere de tiempo y esfuerzo, los logros constantes harán que el alumno vaya confiando cada vez más en sí mismo. Aunado a compartir su talento con otros amigos en un grupo, se sentirá parte de algo más que depende directamente de su correcto desempeño.
7. Elimina la timidez y el miedo al público
Todo mundo quiere a la persona que lleva una guitarra a una fiesta y hace que todo mundo pase un buen rato cantando. Es difícil encontrar a quien no le guste la música por completo, y definitivamente el ser alguien a quien le guste mucho atraerá a otros iguales a él mismo. De la mano del punto anterior, un niño o adolescente que tenga problemas al hablar en público o pararse enfrente de un escenario verá sus problemas resueltos poco a poco al aprender a tocar un instrumento musical o a cantar. Inevitablemente, llegará el punto en donde comience a dar presentaciones en vivo. Al poco tiempo de esto y como en cualquier otra actividad virtuosa de esta índole, terminará por sentirse más seguro de sí mismo.
8. Se logrará una mayor coordinación
Regresando al plano físico, la correcta ejecución de un instrumento musical logra una coordinación corporal muy desarrollada. El tocar la batería, por poner un ejemplo, requiere que las cuatro extremidades realicen movimientos a diferentes tiempos en muchos ejercicios. El tocar el piano necesita de las dos manos haciendo cada una cosas diferentes en casi todo momento. Si se agrega que no son solo dos manos, sino aparte diez dedos a coordinar, vemos la complejidad a la que se llega y el por qué de al final una inteligencia más desarrollada, o un cerebelo físicamente más grande.
Sea cual sea el beneficio que nos interese más, o bien todos en conjunto, aprender a tocar un instrumento es algo que no se debe dejar pasar. Y a pesar que mientras más joven se inicie se esperan mejores resultados, ¡nunca es tarde para comenzar!
Hace 14 años
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